En Cada Pluma Un Pensamiento, por Gabriel

Ángel Mensajes : 75 Fecha de inscripción : 12/10/2008

16-10-08

Y el dolor, el dolor de saber que nunca será mío, el dolor de saber que no me va a corresponder... Siento cómo en mi interior algo se rebela, me pide que lo abandone... Pero no es mi corazón, él me pide que me quede a su lado hasta el final, por muy herido que resulte. Y en estos momentos, después de perder por completo mi fe y mi alma, me pregunto miles de cosas... Preguntas que por ahora no tienen ninguna respuesta, que se quedan en el aire flotando como pequeños globos de colores que nunca podré alcanzar. ¿Por qué tuve que enamorarme? En estos momentos comprendo perfectamente a quien dijo en su día que el amor era ciego. No sé cómo, pero me ha encandilado, me ha dejado prendado a pesar de ser un demonio cruel, una bestia con ganas de ciega destrucción. ¿Por qué tiene que ser todo tan difícil? ¿Por qué el no puede evitar las apariencias como he hecho yo? Sólo soy para este demonio un sucio ángel, el ser al que ha querido matar durante tanto tiempo, durante tantos siglos... Y me llamo estúpido una y otra vez, y soporto nuevamente su trato. Pero... ¿Cómo puede resistir un corazón roto a tales torturas? Porque sí, cada minuto junto a él, sin que me mire con amor, es para mí como la eterna tortura, cómo el cuento con mal final y que nunca termina. Y quiero gritar, quiero llorar y dar patadas a todo, pero ya no me quedan fuerzas para chillar, para sollozar o para moverme... Ya siento que no me queda nada, sólo un cuerpo con el que tratar de satisfacerle, un cuerpo que tolera cada una de las crueldades a las que es sometido sin abandonar en ningún momento... Porque él no me lo permite, porque ni siquiera me deja dormir para soñar... Cruel demonio y cruel destino que me ha hecho caer en sus redes, unas redes de las que ya no me puedo escapar. Y de nuevo, una pregunta cruza mi mente: ¿Por qué no me dejó morir?

Gabriel

Ángel Mensajes : 75 Fecha de inscripción : 12/10/2008

17-10-08

Y como un estupido me aparto de tu lado, dejo que tus palabras ahonden en lo más profundo de mi ser, dañándolo y retordiéndolo como una lombriz que agoniza. Y yo sé que sigo amándote, y sé que a pesar de ello debo olvidarte por completo, comenzar otra vez y seguir mi camino... ¿Pero cómo podría sacar de mis recuerdos a alguien que por unos días lo ha significado todo para mí?
El dolor, sí, el dolor... Ese que siento cada vez que pienso en ti, cada vez que te recuerdo... Y a pesar de todo el daño que me hiciste, mis lágrimas no se hacen de esperar pues mi corazón desea verte con todas sus fuerzas. ¿Tan difícil habría sido conservarme a tu lado? ¿Tan repulsivo te resultaba que ya no quieres ni verme? Tus ojos, esos ojos azules que en su momento fueron los único que yo anhelaba ver... ¿Cómo podría mirar los de otros seres tratando de encontrar la sensación en mi interior que los tuyos causaban? ¿Tan imposible es olvidar este amor que me consume que a pesar de saber que será la causa de mi destrucción, no puedo desterrarlo de mi vida?
Oh, si tú supieses... Pero qué digo. Claro que lo sabes, yo mismo te dije lo que sentía, te lo confesé todo y para ti yo sólo seguía siendo el vulgar juguete sexual que calentaba tu cama antes de que te echases en ella para causarle dolor y temor. Oh tú, que eras todo para mí, que me dejaba torturar por ti sólo con la firme idea de que eso te agradaba. ¿Tan cruel puede llegar a ser un demonio? ¿Por qué carecéis de sentimientos o remordimientos, siquiera?
No te entiendo, y sé que jamás podría haberte comprendido aunque me hubieses dejado quedarme contigo allá, en ese infierno. Pero lo habría intentado con todas mis fuerzas, claro que lo habría hecho...
Y ahora me encantaría preguntarte, si alguien te ha querido alguna vez más que yo, si alguien se ha vuelto tan loco como yo sólo por querer estar contigo. Sé que la respuesta sería negativa, sé que no hay nadie más en tu vida, que nunca lo hubo y que nunca lo habrá... Ni siquiera yo tengo una oportunidad en tu negro y corrupto corazón, porque para ti yo no soy nada, y tu para mi eres mi única realidad, mi único consuelo...
No olvidaré el día en que tuve que volver a mi cielo. Antes lo veía radiante, miraba a mi Dios a la cara y no necesitaba más para saber que todo iba a ir bien, que iba a ser feliz para siempre. Pero ahora lo miro y comprendo que todo era una farsa, que ese reino que anteriormente amaba ahora está para mí vacío, nada puede ofrecerme ya... Porque yo sólo quiero estar a tu lado, que me tomes... Y no como hacías antes de mi marcha, sino con ese sentimiento que yo tengo por ti, ese mismo sentimiento que quiero que me correspondas.
¿Es mejor vivir ese sueño o regresar a mi cruda realidad, en la que no estás tú?