Solo pasando el tiempo *con Semyaza*

Habían ocaciones en las que se aburria de estar coeccistiendo solo con vampiros, aunque a decir verdad ninguna de las otras razas era realmente de su agrado.
Vagaba por el centro comercial a oscuras sin rubo fijo, solo caminaba, posando su vista cada tanto en alguna de las llamativas vitrinas para despues seguir adelante.
Llevaba las manos guardadas dentro de los bolsillos de la chamarra negra y desgastada, con algunos hoyos a la vista en las mangas y los bordes, ademas de unos pantalones desechos llenos de rasgaduras, tierra y mas hoyos. Parecia un bagabundo, aunque eso es lo que era.
Se detubo frente a la puerta de un pequeño Restaurant-Bar, con apariencia lo suficientemente no elegante para poder entrar sin que le moelstaran.
El lugar apenas tenía iluminacion, y la que tenía era dada por unos focos color rojo vino muy oscuros, aunque por el era perfecto, asi pasaría mejor desapercivido.
Se sento en el ultimo banco de la barra, el cual estaba casi oculto en la sombra.
Pidio una cerveza aunque no planeara beber, simplemente le gustaba aspirar su aroma, tratando de recordar a que sabría.
Podría pasar inadvertido en su totalidad si no fuera por que cada vez que la puerta principal se abría, y la luz del centro comercial entraba iluminaba sus ojos azules, haciendolos brillar por instantes como dos pequeñas estrellas.

Ahí estaba él, en ese pequeño sucucho esperando al demonio con el que había quedado, no entendía por que le agradaba tanto ese maldito lugar, lleno de criaturas de todo tipo, pero con la clase ausente por completo. La verdad es que había gente bastante corriente en él, pero el estaba particularmente molesto en ese momento, el último encuentro que tuvo con Gabriel le había dejado totalmente perturbado.

Miró el reloj que pendía en la pared... ya había pasado una hora desde que la hora de reunión pasara, y de la presencia del demonio, nada, sólo esperaba que lo que e impidió asistir fuera una causa de muerte, por que d otro modo... se encargaría de matarlo el mismo.

Pero ya de nada servía lamentarse, así que se puso de pie para salir del lugar, ya no quería estar más ahí, cuando iba llegando a la puerta de salida vio entrar a un chiquillo... uno que veía perfecto al lugar, por lo menos en cuanto a ropa se trataba, pero que con ese rostro podría perdonarle... definitivamente podría.

Le vio pasar, le siguió con la mirada hasta que supo donde fue a tomar asiento, graciosamente se pidió una cerveza, raro.... ya que se trataba definitivamente de un vampiro y dudaba que alguno disfrutara beber eso. Volvió a sentarse pero esta vez en uno de los sillones que estaban en el lugar de aperitivos.

Gatito...

Le envió el susurro mentalmente al vampiro y esperó a ver su reacción.

Estaba distraido viendo la cerveza y recordando su aroma cuando le llego aquel mensaje mental.
<¿Gatito?>
Repitio mentalemtne para si mismo y en seguida se puso a buscar con la mirada a quien se había atrevido a mandar tal mensaje, extraño y algo ofencivo a su parecer, le había sonado a burla.
Entonces sus brillantes ojos se posaron sobre uno de los demonios que ahí habia, no muy lejos de el. Le reto con la mirada desde su lugar, obserbandolo atentamente, estudiandolo.

...Si eso cres ven y repitelo...

Le reto tambien "hablando" por la mente antes de vovler a girarse y seguir jugeteando con la cerveza.
Una parte de el estaba molesto, solo había ido ahí para pasar el rato y distraerse un poco, estar solo entre la multitud de aquel bar, y aunque lo negara aquel simple contacto le había "animado" un poco la noche, era cansado estar siempre solo, hablando siempre con uno mismo, nole importaba si aquel ser buscaba solo molestarle, converzar o buscaba pelea, con gusto responderia a cualquiera, no se negaría a alguna clase de compañia que hiziera distinta esa noche al resto.