Renovando vestuario (privado)

Le dedicó una media sonrisa al escuchar su comentario.

- De lo que estoy seguro es que encajas a la perfección conmigo... - susurro antes de besar su pelo. Observó los trajes descartando demasiados, él era demasiado para vestirse de aquella forma, cuando escuchó su comentario observó las ropas.

- Desde luego son perfectas para ti - sonrió sin apartar la vista de ellas - vas a encandilar a todos en esas cenas - lo halagó acariciando su mejilla cariñosamente.

-Mmmm... -miró la etiqueta divertido-. Lo cierto es que me quedará de muerte, porque es supercaro... Se ve que en estos trajes tengo gustos de lujo-comentó riendose con ganas. Entró en el probador y se colocó una a una todas las prendas. Le quedaba de muerte, pero necesitaba un toque suyo. Se desabrochó los botones de arriba de la camisa, y dejó parte de su pecho al descubierto. Después, revolvió un poco sus cabellos, dejándolos caer sobre la chaqueta y salió a fuera para pedirle opinión a su prometido-. ¿Qué te parezco? ¿Demasiado estirado o deliciosamente formal?-dio un giro para que pudiese verle mejor.

Sonrió al verle, girando la cabeza al escuchar la voz, teniendo que girarse otra vez para admirarlo. Ciertamente jamas dejaria de sorprenderlo...

- Deliciosamente apetecible... - susurro antes de mirarlo a los ojos con una media sonrisa- estás increible... haces que esos parezcan ridiculos - comento señalando una de las fotografias de los modelos a su espalda, seguramente humanos. Se acercó a él, siguiendo la linea de la camisa para acariciar su pecho lentamente en su apertura para pasar su dedo por su piel, besando su barbilla - estas increible... sexy - comento en su oido sonriendo mientras apoyaba su frente en su sien.

-Me contento con saber que a ti te parezco increíblemente atrayente-le dijo besándole la mejilla-. Lo que piensen los demás en las cenas no me importa tanto como lo que opines tú... Aunque siempre puedo probar a darte celos a ver cómo reaccionas ante que otros me miren...-comentó con una sonrisa maliciosa-. Me pregunto cómo reaccionarías... Pero bueno, no soy tan malvado como para hacerte eso, que por algo estamos comprometidos...

Pone una media sonrisa que acaba traslucendio algo de inocencia.
- Pues... lo cierto es que me moriria de celos.. - confeso pasandose la mano por el pelo con gesto culpable sonriendole- pero no te diria nada, se que es parte de tu trabajo.. y si necesitas coquetear con otros o algo asi... mirare para otro lado, y seguire amandote como ninguno de ellos podria.. sabiendo que tengo algo tuyo que ninguno de ellos podria ni soñar... - lo abrazo por la espalda apoyando la cabeza en su hombro, mirando el reflejo de ambos en el espejo con una media sonrisa- realmente eres perfecto...

-No tienes razón, yo no soy perfecto, y por eso te gusto. Si fuese completamente perfecto, te aburrirías de mí y me venderías como a las obras de arte...-sonrió apoyando su mano en una de las del otro-. Me encanta que me abraces, no importa si por delante o por detrás, me gusta sentir como se pega tu cuerpo al mío...-Se dió la vuelta y lo besó suavemente-. Ummm... Creo que debería quitarme el traje y comprármelo, ¿no crees? El pobre dependiente nos está mirando con cara de: No comáis pan delante de los hambrientos-soltó una carcajada silenciosa, para disimular ante el susodicho que seguía con la vista puesta en ellos. Y si las miradas hubiesen matado...

- Eres perfecto para mi.. y eso es lo único que importa - correspondió a su beso, tras ensanchar su sonrisa al escucharlo, estrehandolo contra si en una muda respuesta. Rie por lo bajo mirando de reojo al dependiente, manteniendo su mirada de forma dominante; este no duró mucho, bajando la mirada pero carraspeando levemente- Vamos a pagar antes de que me lo coma... - suspiró dejando ir a su amado al probador, de modo que él dejó las ropas en el mostrador preparando la tarjeta para pagar, aguardando a que saliese para pagarlo todo.

Se metió al probador, se quitó el traje al completo y salió ya con su ropa puesta. Se acercó a Chris, que ya lo estaba esperando, y le sonrió. Parecía que Chris realmente se había molestado con el dependiente, y eso realmente le hacía gracia.

-Ya estoy aquí, amor...-le dijo abrazándolo y dejando las prendas en el mostrador-. Cóbrame todo-le dijo al otro tendiéndole su tarjeta de crédito.

-Tú... tú eres el de las revistas...-dijo tartamudeando el empleado, mirándolo con asombro-. Soy un gran admirador tuyo... Creo que tus fotos son geniales, y me encanta el modo en el que posas...

-Muchas gracias-le dijo sonriendo-. Pero en estos momentos sólo se me ocurriría posar ante los ojos de mi prometido de las maneras en que lo hacía antes-le dio un beso significativo a Chris, como si quisiese demostrarle al otro de lo que estaba hablando.

Ciertamente pese a que su aspecto era calmado, quitando cierta frialdad hacia el vendedor que parecia mas el filo de un cuchillo... pero algo mucho más dulce que lo que atravesaba su mente... Pues ya se imaginaba cien formas de acabar con él.. y algunas realmente violentas.
Camibió el peso de pie al escuchar la admiracion del vendedor... Era lógico... y no le habria importado si no se lo estuviese comiendo con los ojos...
Mientras analizaba las palabras de su prometido sintió como lo besaba, dejando a un lado sus pensamientos para corresponderle de la misma manera.
Lo miró algo aturdido al separarse, con una sonrisa en sus labios, posiblemente absurda pensó..

-Si te gusta la manera en que posa no te imaginas en la que besa... - comentó, pese a que el comentario no era para el dependiente, al cual ni siquiera le dirigió una mísera mirada, el hombre al que amaba, pasando el brazo por su cintura, se acercó a su oido para susurrarle calidamente - Como te quiero...

Sonrió ante el comentario que Chris le había dirigido al otro, le gustaba que fuese tan posesivo, que no dejase que nada ni nadie pensase siquiera en él. El dependiente no dijo nada más, se limitó a cobrar las ropas y sonreírles nervioso.

-Creo que lo has traumado-le dijo mientras salían de la tienda, aferrándose al brazo de su amado-. Yo no creo que des tanto miedo... Sólo eres un vampirito celosín... -le acarició la nariz con el pulgar de manera cómica, quitándole hielo al asunto.

Cerro los ojos en acto reflejo al sentir su dedo en su nariz, sonriendole cariñosamente.

- Intentare no comerme a tus fans... o por lo menos no espantarlos - bromeó cargandose al hombro las bolsas a su hombro, inclinandose para robarle un beso.- Prometo que no lo notarán amor... puedo fingir ser una más de tus conquistas - comentó encogiendose de hombros, no le importaba si era bueno para su trabajo, y sabia que pesea que le costaria era totalmente capaz de fingir indiferencia frente a las lascivas miras de sus admiradores, después de todo le habian educado para eso, en la politica no podias dejarte llevar... aunque aquella era una causa mucho más estimulante que la politica.- ¿Tanto le he afectado? - comento riendo con suavidad, pegandose a el un poco de forma complice.

-No quiero esconder nuestra relación ante los ojos de los demás, es demasiado bella para hacerlo... Y los celos forman parte de ti, por lo tanto también de esa relación, no tenemos por qué ocultarlos-le dijo besándole la mejilla con cariño-. Y sí, creo que estaba a punto de mearse en los pantalones del miedo que le has metido en el cuerpo... Creo que a partir de ahora, no gastaré dinero en guardaespaldas teniéndote a ti a mano-se rio de su broma y se apoyó contra él, mirándolo ensoñador-. Nunca me imaginé poder amar a alguien así...

Lo acogió estrechándolo contra si besando su frente. Suspirando con una sonrisa.

- Ni yo mi amor.. - susurro correspondiendo su mirada con ternura- siempre pense que el amor era un estupido invento humano... y jamás me he alegrado tanto de estar equivocado. - acarició su mejilla para acercarse a sus labios- te amo.. - susurró para unirlos finalmente besandolo con firmeza y dulzura. Se separó un poco apoyando su frente sobre su sien, sintiendo una vez más aquella suavidad y ese aroma que lo perdian...

- Prometo hacerlo todo para que seas feliz... pese a quien le pese voy a amarte toda la eternidad.. - prometió estrechandolo.

-Y yo siempre estaré a tu lado, por eso es que seguro que siempre seré feliz...-se dejó llevar por el momento-. ¿Sabes? Creo que ha llegado la hora de ir a por las planchas para mi pelo y después a arreglarnos para irnos de juerga esta noche-le dijo empezando a dar saltitos-. Ya verás qué bien te lo vas a pasar conmigo...-lo abrazó con más fuerza y después lo volvió a mirar-. Puedo arreglarte el pelo, las uñas, darte crema hidratante en la piel, nutrir un poco tu cabello con una mascarilla... No sé, creo que contigo tengo trabajo.

Sonrió al escuchar su respuesta... antes de sentir un leve temor al escuchar todo aquello.
- ¿Hace... falta tantas cosas? - preguntó sin perder la sonrisa, aquello era algo totalmente nuevo, en su hogar se cuidaba.. pero de forma algo diferente.
- Me dejare hacer por el experto... sin son esas manos las que me tocan.. - susurro sensualmente en su oido, antes de apartarse sonriendo con suavidad para entrar en la tienda, dejando que lo guiase hasta las planchas. Se miró las uñas distraidamente, cortas, limpias y con una linea blanca perfecta - ¿Hasta las uñas..? - comentó más para si mismo que para él, mirandolo de reojo, intentando no reir al imaginar el rostro inocente que tendria en esos momentos.

-Digamos que voy a enriquecer tus uñas para que sean más fuertes... Y bueno, digamos que voy a acostumbrarte a esa clase de lujos, porque mientras vivas conmigo vas a tener a alguien que te los haga-le dijo con una sonrisa pícara-. Ya me lo agradecerás cuando te mires al espejo... Aunque a mí me gustas ya tal cual te ves-le dijo sonriéndole de nuevo-. Pero a nadie le viene mal un poco de relax, y tú lo necesitas más que nadie.

Asintió sin perder la sonrisa, acariciando su cintura.
- Supongo que no tendre reparos en dejarme hacer- comento riendo con suavidad- aunque cuando viajemos a Eristophel seré yo el que te cuide a mi manera... puede que te de una sorpresa- comento sonriendole de lado, riendo por lo bajo luego- no.. seguramente no, era una broma. Dudo que pudiesemos superar todo.. todo esto - comento señalando a su alrededor- digamos.. que tenemos una cultura un tanto distinta. - comento despreocupadamente mirandolo con cariño.

-Nunca me has hablado de tu tierra, Chris... Supongo que a ti te gustará más hablar de tus orígenes que a mí-comentó riéndose de su propia broma, aunque en el fondo le dolía no poder volver a mirar a la cara a sus padres. Cuando se marchó de su casa, Velkan no había pensado que algún día los echaría de menos, sólo tenía en mente los comentarios hirientes de su padre, que se repetían una y otra vez en su cabeza. En esos momentos, habría deseado poder llevar a Chris ante sus padres y decirles que se iban a casar como toda pareja normal habría hecho, pero desgraciadamente la relación con sus padres era nula, ni siquiera tenía noticias de su madre-. Bueno... Cuéntame cosas de tu hogar. ¿Cómo es? ¿Qué hace la gente para divertirse? ¿Cómo vivis?

Escucho el tono de aquella "broma" con algo de preocupacion, sentia que aquello le dolia, y por consecuencia lo hacia a él. Decidio evadir el tema por el momento.. aquella tienda no era el lugar adecuado, pero lo estrechó levemente contra si, dandole a entender que estaba alli.

- Mi tierra... - le sonrió- El clan Von Drakul tiene su capital en Eristophel, una ciudad amurallada en las tierras del norte.. algo lejos de aquí. No es muy conocida.. quiza más cercana a la leyenda que a la realidad para muchos, pues no es facil ver a un Drakul lejos de allí... hemos llegado a dar con un sistema.. en el que la gente es feliz. Quizá hemos quedado algo atrasados en algunos aspectos... más cercana a una ciudad del siglo XVI que ahora.. pero no necesitamos más. Tenemos comercios y mercados en lugar de centros comerciales, dispersados por las calles del centro... se incentiva la artesanía, por lo que nos aseguramos trabajo para todos y asi mismo nos abastecemos... Las telas y los tapices tienen bastante fama... al igual que el trabajo de la madera con la marqueteria... Literatos y estudiantes... La universidad es nuestro mayor orgullo... tiene uno de los registros más antiguos del mundo. - sonrió- Somos... diferentes. La gente para divertirse va a los bailes y galas semanales... los encuentros de máscaras... las festividades de hogueras... Nos las arreglamos de cualquier forma para encontrar algo que festejar - rio con suavidad- en lugar de en estos locales se hacen en las calles.. se inundan al igual que las plazas... las privadas se hacen en el castillo o las mansiones de los nobles, pero las humanas en la Mascarada son las que más me entretienen... humanos y vampiros mezclados y ocultos tras trajes blancos y negros, todos juntos y cubiertos confundiendose a la luz de las hogueras. Está prohibido cazar humanos en mi ciudad. llegamos a un acuerdo, por el cual todos los humanos en condiciones donan sangre voluntariamente, con lo que nos abastecemos. La pena de un asesinato.. es la muerte. Duro.. pero no hay otra forma, al igual que la caza de vampiros se pena de la misma forma. - suspiro- busco la igualdad.. dificil, pero si vieses los lazos de convivencia entre ambos... es posible Velkan.. - lo miro con el rostro iluminado, como siempre que hablaba de ello- Creo que me he excedido - se paso la mano por el pelo sonriendo con gesto culpable.

-No, no te has excedido. Gracias a ti me he hecho una idea apróximada de cómo es el lugar del que procedes, y realmente eso es muy importante para mí. Me gusta tu idea de la igualdad, aunque aquí es imposible ponerla. A veces por culpa de los vampiros que consideran a los humanos seres inferiores a los que hay que exterminar, pero otras veces son los humanos quienes nos consideran aberraciones e intentan aniquilarnos. Muchas veces he intentado que ambos bandos se unan, pero no he conseguido nada-le contó tristemente-. El lugar de donde yo vengo... Esta al sur. Normalmente hace calor, y buen tiempo, aunque también hay muchas nubes durante todos los días del año, que tapan el sol y conservan al mismo tiempo el calor. En la ladera está el castillo principal, rodeado por una muralla, y alrededor de esta está el pueblo. Hay dos zonas: la antigua y la nueva. La primera, tiene muchas casitas de estilo medieval, y se hacen mercadillos como los que hay en tu ciudad. La gente es feliz y goza en armonía viviendo en esas circunstancias, más alejadas del resto de la sociedad... Pero normalmente los ricos prefieren la zona nueva, llena de tiendas, centros comerciales y discotecas-cerró los ojos, recordando su hogar con nostalgia-. No es que eche de menos la vida que deje atrás, es que hecho de menos ese ambiente, poder cruzar una línea invisible y encontrarte en la edad media...

-Visitaremos ambos lugares... - lo giró para mirarlo a los ojos- prometo que te llevare al lugar del mundo donde desees... - lo besó con dulzura para dibujar una sonrisa en sus labios con su dedo suavemente- voy a borrar esa tristeza... para amarte de modo que estes donde desees. - lo estrechó para luego fijarse en unos objetos- Vaya... aqui hay planchas - comento divertido antes de alzarse para mirarlo con una sonrisa- Quiero mostrarte esa igualdad... y la he conseguido con una tercera raza... cuando vine a esta ciudad venia de hablar con un clan de licantropos. Han aceptado estar en los bosques de Hielo y no atacar a ningun Drakul ni a ninguno de nuestros protegidos, siempre que respetemos a sus miembros y cedamos un tributo de caza... ganado o presas del bosque, nada significativo... Te lo mostrare todo mi amor.. - susurro dirigiendo su mirada a las planchas- aunque me temo que no tenemos red electrica... - se disculpo con una media sonrisa.

-No te preocupes, compraré una a electricidad y otra a batería para cuando vayamos allí-le dijo con una sonrisa mirando detenidamente las planchas, aunque en realidad poco le importaban-. Es cierto... Tengo mucha pena en el cuerpo y el alma, pero no te preocupes, desde que tú estás a mi lado ya no tengo ningún miedo, ningún dolor... Es cuestión de tiempo que mi pasado deje de torturarme mientras tú sigas conmigo...-. Esta vez sí, miró las mejores planchas, una grande negra y otra más estrecha a electricidad también, y una blanca pequeñita con batería-. Me encanta ir arreglado, ¿sabes?

Sonrio al escucharlo, mirando las planchas algo distraido, intentando separar sus tipos... pocas veces habia visto aquello a decir verdad.
- Incluso desarreglado estarias irresistible... - comentó con una media sonrisa mientras miraba las elegidas- ¿Todo esto sirve para el pelo..? - comento mirando la amplia gama de aparatos para el cabello, no era demasiado amigo de aquellos aparatos tan diferentes, se sentia un inculto en aquel mungo. Rio con suavidad ante sus pensamientos.

-Todos y cada uno... Porque aunque parezca mentira, todos podemos estar más guapos aún gracias a todos estos artilugios-le respondió mientras lo hacía avanzar hacia la caja, esperando en la cola-. Yo no suelo usarlos muy a menudo, pero las noches en las que voy a salir de fiesta, me conviene estar arrebatador... Si antes era para ligarme a alguien, ahora es para dejarte anonadado... O más de lo que ya estés-le sonrió amablemente-. Sé que ahora los ves raros, pero te acostumbrarás y no podrás vivir sin ellos.

Rió suavemente por lo bajo al escucharlo, besando su cuello fugazmente.
- Mi imaginación no da para verte todavía más atractivo... - comentó cariñosamente entrelazando los dedos de su mano con los suyos- Algún día te enseñaré como lo hacemos nosotros... las esencias de Eristophel son de las más preciadas... los mejores perfumenes están hechos con las flores de nuestros jardines colgantes... Toda la ciudad se encarga de su cultivo y cuidado, y los mercados del Deshielo son de los más espectaculares... las Reinas de Invierno despiertan entonces... iluminando el fondo de las raices, normalmente una paraje sombrio y salvaje... Son unas flores brillantes, solo se abren las noches de los primeros tres días... -sonrio al recordarlo- te llevare alli amor mio... te encantara... - avanzo lentamente por la cola, sintiendo alguna que otra mirada sobre ellos a las cuales se mantenia indiferente.